Que Dios nos bendiga en todo momento de nuestra vida, hoy traemos la oración lávame o también conocida como la oración sangre de Cristo lávame.
Muy buena para las personas que buscan purificarse y acabar con todo tipo de maldiciones, brujerías, que van contra las enseñanzas de Jesucristo.
¿Quieres cambiar?, esta puede ser la oración que necesitabas para ir haciendo cosas nuevas y empezar un nuevo día, semana, mes o año.
Oración a la sangre de Cristo lávame
En el nombre del padre, hijo y espíritu santo, señor hoy quiero comenzar un nuevo día, recibir una nueva oportunidad que me permita encontrar un camino lleno del sendero de luz que iluminas para cada uno de tus fieles.
Señor, te pido que derrames tu sangre sobre mi para que pueda lavarme de todo tipo de mal, que se acaben las malas lenguas, las brujerías, maleficios y desates todo obstáculo en mi vida.
Sé que no soy digno de recibir tu sangre, pero padre si en verdad consideras honesta y humilde mi petición.
Te pido que tomes unos segundos y te des cuenta de todo el dolor que atraviesa mi corazón y por eso, te suplico arrodillado que tu sangre sea la que lave mi ser, purifique mi alma y sane mi corazón.
Porqué en ti señor yo creo vivo y confío, sé que a partir de este momento he recibido tu divina, preciosa y bendita sangre que me lava y me hace creer en que puedo volver a transformar mi vida. ¡Amén!
¿Como funciona la sangre de Cristo para lavarte?
Sí, es una manera común de decirlo, pero la realidad es que esta oración es ideal para purificar y para las personas que creen que tienen algún tipo de mal o maleficio en su vida.
Incluso para la personas que creen en los amarres y buscan desatarse. Puede ser un excelente complemento leerla junto con la plegaria para el esposo o familia. Esta oración al leerla por más de 21 días hará que notes nuevas oportunidades y cómo has recibido la sangre.
Video Sálvame y Lávame!
Imagen de la oración Lávame
Deseamos que la oración lávame a la sangre de Cristo sea lo que te motive e impulse a seguir en busca de cumplir cada una de tus metas.
A veces podemos dudar, pero al momento de recibir al hijo de Dios en nuestros corazones, todo puede cambiar.